viernes, 10 de abril de 2009

Obviously ... For whom?

Una vez un monje mendicante llegó de noche a un monasterio en busca de alojamiento. Según la tradición, lo normal era que se estableciese un debate con el recién llegado sobre distintos aspectos de la doctrina, en el que se ponía a prueba tanto al huésped como a los monjes. Pero aquel día todos estaban muy cansados, así que el abad decidió que el debate corriera a cargo de un monje que, además de tuerto, tenía pocas luces. El abad decidió aconsejarlo: Como no tienes mucho conocimiento ni facilidad de palabra, procura que el debate se haga en silencio, y además intenta que sea lo más corto posible. A la mañana siguiente el abad se encontró con el visitante que ya partía. ¿Que tal fué el debate? -Preguntó-.Puedes sentirte satisfecho de tus monjes -contestó-, él dijo ser el más torpe de todos, pero confieso que me derrotó claramente por su elevada comprensión del budismo. ¿Cuéntame cómo fue el diálogo -rogó el abad extrañado. Para empezar, yo levanté un dedo, queriendo expresar al Buda. El contestó levantando dos dedos, haciéndome ver que una cosa es el Buda y otra su enseñanza. Yo entonces levanté tres, indicando al Buda, su enseñanza y sus monjes. Pero a continuación, él lanzó su puño contra mi cara haciéndome entender que todo forma parte de una comprensión única y definitiva. No supe qué contestar, así que me marcho de tu monasterio derrotado. Al rato apareció el monje tuerto y el abad le pidió el relato de lo ocurrido en el debate. Ese hombre -dijo el monje- era un maleducado. Empezó levantando su dedo recordándome que yo tenía solo un ojo; fuí benevolente y levanté dos dedos en señal de que él afortunadamente tenía los dos ojos, pero insistió en el insulto al levantar tres dedos mostrando que entre él y yo teníamos tres ojos, así que no me pude contener y le dí un puñetazo en la cara. Entonces se levantó avergonzado y se fué sin decir nada.

Reflexionemos

¿Quien de los dos está equivocado?
Ambos son dueños de su verdad. Los dos interpretaron lo que vieron según su vivencia personal.
¿Cuántas veces al interpetar un acontecimiento y compratirlo con los demás, ellos lo ven diferente?
¿Cuántas veces nos sentimos heridos por la reacción de alguien con quien en determinado momento compartimos un suceso?
A veces perdemos amistades, nos alejamos de nuestros seres queridos, porque algo nos parece obvio. ¿Qué podemos hacer para saber si algo que nos parece obvio, tiene el mismo significado para nuestro interlocutor? Pregunte si lo que han entendido significa lo mismo para su interlocutor. Vivimos en mundos interpretativos. Respetemos la diferencias con respecto alo que creemos, aunque no nos guste lo que escuchemos. Es posible que lo que el otro interprete nos ayude en nuestra forma de vivir.

2 comentarios:

  1. Muy lindo escrito.
    Saludos desde Mty N.L. Mexico.

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  2. Me encanta tu entrada, sobre todo q estoy totalemte de acuerdo de q cada quien es dueño de su propia verdad. Vaya exelente publicacion.

    Saludos ♫

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