martes, 5 de julio de 2011

Fuerza, Fortaleza

Jesús todavía se encuentra con los suyos en sus horas más amargas. Esa fue la experiencia de alguien cuyo corazón se hallaba profundamente quebrantado. Mientras caminaba por las calles de una ciudad inglesa para asistir a un servicio dominical, pasó frente a una hermosa iglesia de piedra. En el tablero de anuncios cerca de la entrada se leían estas palabras : "Todos los que estáis cargados, entrad a este santuario en en busca de quietud y oración". El aceptó la silenciosa invitación. En una de las paredes del vestíbulo de esta gran iglesia había algo escrito en forma de mosaico. Era un sermón en miniatura formado con piedras de diversos colores, y decía: "fue duro trabajo para mí, hasta que entrando en el santuario de Dios comprendí el fin de ellos"(Salmo 73: 16-17)

Aquella bendita mañana, en la hermosa capilla de la quietud,el Getsenani le abrio sus scretos. El corazon entristecido contemplo a Uno que bebio su copa completamente solo. Todo cambio desde aquel momento. El largo y cansador camino con sus cañones sombrios, altas montañas y empinadas cuestas, perdió su aspecto terrible cuando El le dijo en un susurro "ven y acompáñame en mi camino. Subiremos las cuestas juntos. Si, Juntos!" El camino difícil nos ofrece dulce comunión con un amante compañero. El fragante recuerdo de aquella revelación del Cristo resucitado aun perdura.

Los edificadores son soñadores

La edificación es la tarea más noble de la raza, ya sea que se edifique una cabaña en la selva, una mansión en la ciudad, un ferrocarril sobre un rio o un canal a través de un istmo. Los edificadores son soñadores, soñadores que han levantado el mundo del desorden y el vacio a un orden.

Nehemías era un soñador y un Patriota. Judío nacido en el cautiverio se sentía apesumbrado porque la ciudad donde estaban las tumbas de sus antecesores yacía en ruinas. El Rey le dio permiso para ir a Jerusalén con un grupo de acompañantes y restaurar la ciudad. Aliviado, salió una noche e hizo un balance de las ruinas. Luego, reuniendo a los Judíos pobres que aun permanecían aferrados a las viejas ruinas, les dijo: “vamos reedifiquemos los muros de Jerusalén…” el pueblo, como si despertase de un letargo respondió: “levantémonos y edifiquemos…” de este modo con corazones encendidos se pusieron a trabajar.

Nuestro Señor Jesús dijo de su cuerpo: "Destruid este templo y en tres días lo levantaré". Juan 2:19

Si Nehemías no hubiera reedificado a Jerusalén, la historia del mundo no hubiera cambiado mucho, porque alguien podría haberlo hecho después. Pero si Jesucristo no hubiera reedificado su cuerpo marchito, contrito y desangrado, la historia del mundo hubiera sido muy diferente. No habría Iglesias Cristianas en ninguna parte, porque fueron edificadas en el Cristo Resucitado. Esta era la mayor gloria de los cristianos primitivos. Es lo que diferencia el cristianismo de las demás religiones.

Mateo, que escribió su evangelio algunos años después de ese suceso dijo "Este dicho fue divulgado entre los judíos hasta el día de hoy..." La resurrección era un hecho que todos conocían y que nadie ponía en duda. ¿Por qué habríamos de ponerla en duda en el día de hoy? No tenemos más derecho a dudar de la resurrección que el que tenemos de dudar de la declaración de independencia de cualquier país. Esto también ocurrió una sola vez, pero como era un asunto de conocimiento común, la aceptamos en la actualidad. Ademas están las provincias, estados o departamentos de aquel país para comprobarlo. Son el resultado de la firma de aquel documento. De igual modo las iglesias son el resultado de la resurrección de Cristo. (Adaptado de un sermón radial de J. B. Baker,1946)

Tomado del libro manantiales en el desierto. Señora Cowman